Mientras escribo esto aún me encuentro trabajando en terreno. Durante mi tiempo de ocio (que realmente no es mucho) he pensado en comentar cuales son los útiles que uso cuando estoy trabajando fuera de un despacho. Si bien no todos coincidiremos en lo utilizamos o tal vez penséis que llevo demasiadas cosas (algo que no dudo), otras muchas serán comunes para cualquiera que vaya al campo a trabajar, a practicar o tan solo a divertirse con la geología.
Lo principal es tener un mapa topográfico y si a este le añadimos uno geológico, mejor que mejor. Es fundamental saber dónde vamos y dónde estamos en cada momento que consultemos el mapa. El mapa geológico, salvo que nuestra labor sea crear uno, nos permite ubicarnos en el entorno, saber que vemos y entender algo más la geología.
Un cuaderno para tomar notas adaptado a cada uno. A algunos les gusta con anillas. A otros que sea grande. El cuaderno nos tiene que servir para tomar notas; esa es su labor. Por supuesto hay que unirle bolígrafos, bolígrafos de colores, lapicera o lápiz (yo prefiero lapicera para hacer líneas finas sin tener que afilarlo continuamente), goma de borrar (en particular esas que parecen otro lápiz y que apenas se ensucian) y lápices de colores, para pintar el mapa, junto con un sacapuntas.
El martillo, que sin él no seríamos geólogos, para partir rocas o despejarlas de su pátina de alteración que enmascara su aspecto real. Y no, no es un arma. No sirve para cazar.
La brújula es un aparato para nada obsoleto. Nos sirve para orientarnos, pero la toma de dirección buzamientos de estratos y estructuras geológicas es otro de los datos que tomamos cuando trabajamos y en el que es necesario una brújula con clinómetro.
El GPS casi se ha vuelto en fundamental para posicionarnos, aunque nunca debemos olvidar saber hacerlo por la vieja escuela, que nos enseña a leer un mapa y posicionarnos con solo ver lo que nos rodea. Las coordenadas que proporcionan un GPS nos permitirán fijar el punto exacto de algo que nos interese.
Una cámara de fotos para fotografiar el paisaje, una roca, un mineral o a nosotros mismos y, esto es un consejo, identificar en el cuaderno la foto y que vemos en ella. Luego será de gran ayuda cuando las veamos en casa o en la oficina y en principio no sepamos qué hemos fotografiado exactamente. No seréis los primeros ni los últimos.
Una lupa para ver minerales y texturas. No son caras y con cuidados mínimos pueden durar mucho tiempo. Con 10 aumentos es más que suficiente.
Una mochila para cargar todo. Debe de ser cómoda y debemos aprender a cargarla para que no nos produzca daños en la espalda.
Bolsas para muestras, de esas para llevarnos rocas, fósiles o minerales que siempre nuestras madres o nuestros compañeros/as han protestado al verlos llegar a casa. No importan que sean bolsas de supermercado. TODOS hemos llevado muestras en bolsas de supermercado. Y seguimos haciéndolo.
Una regla o geoflex son útiles para medir y estimar distancia en los mapas que llevamos. El geoflex es una regla, pero con la que también se puede medir ángulos, ventajoso para poder localizarse y trazar direcciones.
Un imán nos permitirá determinar la presencia de minerales magnéticos y un rayador, o un grupo de rayadores, nos ayudaran a determinar la dureza de minerales.
Un chaleco puede ser útil ya que podemos llevar gran parte del material de trabajo en bolsillos a un solo movimiento de la mano. Es muy útil cuando se trabaja, más que en una excursión.
Botas, pantalones largos y resistentes, una camisa o sudadera y camisetas que nos permitan transpirar. La pernera y la manga larga no solo nos protegerán del sol sino que nos evitaran rasguños con plantas. Un sombrero, gafas de sol y protector solar de alta gama nos protegerán del sol, y en invierno un gorro y algo que nos resguarde la garganta, pero que no sea una bufanda. Y el protector solar, que el sol sigue estando ahí.
Comida y agua casi no hay ni que recordarlo. La suficiente para el día y algo más, con frutos secos en la ración que nos proporcionaran energía rápida. Algo de abrigo, por si el día se vuelve poco agradable, y un botiquín básico que nos permita curar la herida más pequeña y nos cubra algo más grave como un esguince, es otra buena opción en la mochila
Y sobre todo algo que no se compra en tiendas: sentido común. No hay que arriesgarse más de la cuenta siempre que nuestros riesgos estén calculados y acorde a nuestra experiencia y material. Hay que volver entero a casa para poder disfrutar un día más de geología.
Muy bueno. No estaría de más una foto tuya con todo el material 😉
Al final del día, con tantas cosas en nuestra mochila, no hay espacio para la comida…en mi caso, me basta con llevar mi botella de agua y unas cuantas naranjas o mandarinas para el camino…y sin lugar a dudas, el botiquín es indispensable, uno nunca sabe que se encontrará en campo; ni que decir de la protección de la piel con los bloqueadores, sombrero y camisas…en mi caso, los mapas topográficos y geológicos me han hecho falta, trataré de cambiar eso en mis practicas de la escuela. ¡Buen trabajo!